Fotografía: Stuart Douglas.
Encuentro con el curandero...
De vez en cuando la alegría
tira piedritas contra mi ventana
quiere avisarme que esta ahí esperando
pero me siento calmo
casi diría ecuánime
voy a guardar la angustia en un escondite
y luego a tenderme la cara al techo
que es una posición gallarda y cómoda
para filtrar noticias y creerlas
quien sabe donde quedan mis próximas huellas
ni cuando mi historia va a ser computada
quien sabe que consejos voy a inventar aun
y que atajo hallare para no seguirlos
esta bien no jugare al desahucio
no tatuare el recuerdo con olvidos
mucho queda por decir y callar
y también quedan uvas para llenar la boca
esta bien me doy por persuadido
que la alegría no tire mas piedras
abriré la ventana.
Mario Benedetti
Fotografía: Garry Winogrand.
Quando a ternura
parece já do seu ofício fatigada,
e o sono, a mais incerta barca,
inda demora,
quando azuis irrompem
os teus olhos
e procuram
nos meus navegação segura,
é que eu te falo das palavras
desamparadas e desertas,
pelo silêncio fascinadas.
Eugénio de Andrade
Obscuro Domínio
Fotografía: Man Ray.
Sei que estás em festa, pá
Fico contente
E enquanto estou ausente
Guarda um cravo pra mim.
Eu queria estar na festa, pá
Com a tua gente
E colher pessoalmente
Uma flor do teu jardim.
Sei que há léguas a nos separar
Tanto mar, tanto mar
Sei também que é preciso, pá
Navegar, navegar.
Lá faz primavera, pá
Cá estou doente
Manda urgentemente
Algum cheirinho de alecrim.
Chico Buarque
Me acuerdo de los fotogramas de luz evaporada
rasgando los cristales en hilachos vidriados,
y penetrando su silencio derramado por aquel cuarto
de hotel en la ciudad amanecida.
Los que resoplaron perezosamente sobre nuestra desnudez entrelazada.
Cerrándonos los ojos en visión
de piel humedecida.
Fotografías: Man Ray.
Seus olhos subiram do chão até se fixarem no rosto dele. Foi quando ela gritou, tapando os olhos. Os restantes se aproximaram de meu pai e um rumor se espalhou como nuvem fria.
- Os olhos dele!
Sim, os olhos de Agualberto não eram os mesmos. Ninguém conseguia olhar meu pai de frente. Porque aqueles olhos dele estavam da mesma cor do mar: azuis, de transparência marinha. Sua humanidade estava lavada a modos de peixe. Ele ficara muitíssimo demasiado tempo debaixo do mar. E se espalhou um murmúrio de que Agualberto tinha os olhos de tubarão, tal iguais aos grandes e dentilhados bichos.
A partir desse dia meu pai se adentrou em si mesmo, toda a hora sentado na praia contemplando o horizonte. Passavam gentes vindas de longe para espreitar de longe o preto de olhos da cor do mar.
Mia Couto
Fotografía: Nazare, Edouard Boubat.
Una voz amiga me ha susurrado hoy que Lisboa anda en explosiones de malva derretida...
Las avenidas y callejuelas enamoradas de la ciudad
se visten con un manto tierno de pétalos
para recibir la luz del verano...
Y yo aquí tan distante y prisionera de la respiración de la memoria,
muero por volver a caminar desnuda
bajo la presencia dulce de ese cántico en flor
y abrazar a la ciudad dialéctica,
acariciadora de sueños,
en una tarde de tristeza púrpura.
Pintura: El árbol de la Vida, Gustav Klimt.
Estoy en lo alto de la roca, sola con la música vegetal.
El viento relincha a carcajadas sobre la montaña,
llevándose consigo a las nubes, hilachos de vapor de agua.
Parece que no habrá bostezo de lluvia de esta vez.
Algunas aves juegan sobre mí, con las corrientes invisibles,
las siento cerca, me observan escribir,
y escucho el roce del aire infiltrándose dulcemente
entre sus plumas,
pienso que soy también mujer-pájaro.
Una luz verdosa, ilumina de un vistazo todo el valle,
calienta mi alma peregrina,
y acaricia de reflejos la superficie serpenteante del rio.
Abraza la vida de esperanza
y da brillo a mi camino en África.
Cuadro: Paul Klee.
Amo a los hombres y les canto.
Amo a los jóvenes desafiantes jinetes del aire,
pobladores de pasillos en las Universidades,
rebeldes, inconformes, planeadores de mundos diferentes.
Amo a los obreros, esos sudorosos gigantes morenos
que salen de madrugada a construir ciudades.
Amo a los carpinteros que reconocen a la madera
como a su mujer y saben hacerla a su modo.
Amo a los campesinos que no tienen más tractor que su brazo
que rompen el vientre de la tierra y la poseen.
Amo, compasiva y tristemente, a los complicados
hombres de negocios que han convertido su hombría
en una sanguinaria máquina de sumar
y han dejado los pensamientos más profundos,
los sentimientos más nobles por cálculos y métodos de explotación.
Amo a los poetas -bellos ángeles lanzallamas-
que inventan nuevos mundos desde la palabra
y que dan a la risa y al vino su justa y proverbial importancia.
Que conocen la trascendencia de una conversación tranquila bajo los árboles,
a esos poetas vitales que sufren las lágrimas y van
y dejan todo y mueren para que nazcan hombres con la frente alta.
Amo a los pintores -hombres colores-
que guardan su hermosura para nuestros ojos
y a los que pintan el horror y el hambre
para que no se nos olvide.
Amo a los solitarios pensadores los que existen más allá del amor
y de la comprensión sencilla
los que se hunden en titánicas averiguaciones
y se atormentan día y noche ante lo absurdo de las respuestas.
A todos amo con un amor de mujer, de madre, de hermana,
con un amor que es más grande que yo toda,
que me supera y me envuelve como un océano
donde todo el misterio se resuelve en espuma...
Gioconda Belli
Fotografía: Edouard Boubat