IMPROVISANDO EN LA MADRUGADA

Húmido de beijos e de lágrimas,
ardor da terra com sabor a mar,
o teu corpo perdía-se no meu.
(Vontade de ser barco ou de cantar.)
Eugénio de Andrade
Fotografía: Bill Brandt
TEMAZCAL.
EL SUDOR DE LA TIERRA.



Un camino de água silenciosa,
se desliza por mi cuerpo desnudo
hasta el vientre de la Tierra.

Me abandono al cántico
de esta lluvia interna
que vibra con la vida.
Que resuena en el útero
de barro fermentado.
Las voces de las piedras porosas
destilando su calor milenario.
Construyendo palabras que se escuchan
en la oscuridad rítmica
del lecho terrestre.
Y que hablan de los viajes que se elevan
como tallos desde la verde haz del suelo.
Que nos recorren de ojos cerrados,
impulsándonos a beber todo este vapor materno.
Poros como pétalos destilan susurros
en mi carne,
junto con los aromas secretos
despertados por la húmedad,
el calor abraza,
cristalino mi Ser.
Me convierto en fuente sanadora.
Fotografía: Josef Koudelka
SIN PALABRAS





Fotografía: sacada en el Barrio de Alfama, Lisboa.
SAMBANDO EL CORAZÓN



Você era a mais bonita das cabrochas dessa ala
Você era a favorita onde eu era mestre-sala
Hoje a gente nem se fala mas a festa continua
Suas noites são de gala, nosso samba inda é na rua

Quando o samba começava, você era a mais brilhante
E se a gente se cansava, você só seguia adiante
Hoje a gente anda distante do calor do seu gingado
Você só dá chá dançante, onde eu não sou convidado

O meu samba se marcava na cadência dos seus passos
O meu sono se embalava no carinho dos seus braços
Hoje de teimoso eu passo bem em frente ao seu portão
Pra lembrar que sobra espaço no barraco e no cordão

Todo ano eu lhe fazia uma cabrocha de alta classe
De dourado lhe vestia pra que o povo admirasse
Eu não sei bem com certeza porque foi que um belo dia
Quem brincava de princesa acostumou na fantasia

Hoje eu vou sambar na pista, você vai de galeria
Quero que você assista na mais fina companhia
Se você sentir saudade, por favor não dê na vista
Bate palma com vontade, faz de conta que é turista

Hoje o samba saiu procurando você
Quem te viu, quem te vê
Quem não a conhece não pode mais ver pra crer
Quem jamais a esquece não pode reconhecer...

Chico Buarque


Cartel Película: Orfeu Negro de Marcel Camus, 1959.
LA LECHE DE LA TIERRA



Pleamar
soy, curvatura:
Venus hermosa
saliendo de su baño
con los pechos en punta,
negrísimas
sus flores compitiendo
en latitud
con la Pulpa preciosa
de su vientre
redondo como vela,
repleto como el mundo.
Ana Istarú

Fotografía: Edouard Boubat

VENTANAS EN EL CUERPO

Hay ventanas que pueden habitarse
como se habita una ciudad, durante años.
Hay escenas que encienden una vida
y vidas que encienden una muerte mientras duran.
Rosana Acquaroni

Fotografía: August Sander
VUELO RASANTE




Contente de me dar como as gaivotas
bebo o outono e a tarde arrefecida.
Perfeito o céu, perfeito o mar, e este amor
por mais que digam é perfeito como a vida.

Tenho tristezas como toda a gente.
E como toda a gente quero alegria.
Mas hoje sou dum céu que tem gaivotas,
leve o diabo essa morte dia a dia.

Eugénio de Andrade



Fotografía: Gérard Castello-Lopes
LA ORACIÓN DE LA LUZ



La oración de la Luz:
Cerrar los ojos y sentir
el calor dentro de mí.
Fotografía: Cecilia Tagle
ACARÍCIAME

Nos teus dedos nasceram horizontes
e aves verdes vieram desvairadas
beber neles julgando serem fontes.
Eugénio de Andrade
Fotografía: Elliot Erwitt
TERRA INCÓGNITA

Una mujer
presiente el eco de la tierra
en sus entrañas.
Ana Istarú
Fotografía: Yvan Galvez
L'AMOUR

L'amour qui ne ravage pas n'est pas l'amour.
Un tison répand-il la chaleur d'un brasier?
Nuit et jour, durant toute sa vie, le véritable amant
se consume de douleur et de joie.

Omar Khayyam


Fotofgrafía: Bill Brandt
LOS TRENES DE LA MEMORIA

O que tem fim não é definitivo:
na interrupção da fala
o silêncio sabe
o peso das palavras;
na interpelação de nós,
outros saberão recomeçar.

Joaquim Pessoa



Fotografía: Elliot Erwitt
PRESAGIO



Dum momento para o outro
pode entrar um pássaro que levante o céu.
Alexandre O'Neill

Fotografía: Elliot Erwitt

UN NUEVO CICLO



Es inconfundible ese primer olor desnudo que emana de la tierra
cuando la lluvia empieza a desbrozar
los aromas adormecidos del campo.
Un frescor sube a los pulmones
con su sabor a hongos y esporas,
a pólen derretido,
a presagios de nueva vida.
Tiempo fecundado,
marea verde,
brotes peregrinos
a la búsqueda del primer calor
de las mañanas.
Huelo aquella água enriquecida
del silencio vagabundo de los suelos.
La primavera
susurra de nuevo en mi sangre
su canción a vida.

Pintura: Gustav Klimt, Death and Life.
DAR A LUZ




Comencé a cantar entre dientes por obedecer en la oscuridad absoluta que no había hasta entonces conocido, la vieja canción del agua todavía no nacida, confundida con el gemido de la que nace; el gemido de la madre que da a luz una y otra vez para acabar de nacer ella misma, entremezclado con el vagido de lo que nace, la vida parturiente. Me sentí acunada por este lloro que era también canto tan de lejos y en mí, porque nunca nada era mío del todo. ¿No tendría yo dueño tampoco?
La música no tiene dueño, pues los que van a ella no la poseen nunca. Han sido por ella primero poseídos, después iniciados. Yo no sabía que una persona pudiera ser así, al modo de la música, que posee porque penetra mientras se desprende de su fuente, también en una herida. Se abre la música sólo en algunos lugares inesperadamente, cuando errante el alma sola, se siente desfallecer sin dueño. En esta soledad nadie aparece, nadie aparecía cuando me asenté en mi soledad última; el amado sin nombre siquiera. Alguien me había enamorado allá en la noche, en una noche sola, en una única noche hasta el alba. Nunca más apareció. Ya nadie más pudo encontrarme.

Maria Zambrano en Hacia un saber sobre el alma




Fotografía: Man Ray
MAREA VIVA



El agua se transforma
viva y jadeante,
escucho su respiración profunda
iluminarme.
Fotografía: Bill Brandt
MUJER AFRICANA


Abres as persianas, olhas a rua. Do outro lado
está uma mulher negra, as mãos molhadas
sobre o avental. Está descalça. A pele do rosto
rebrilha, é uma agitação de penumbra
refrescando com a brisa.
Há um fragor algures no seu mundo.
Vê-se-lhe nos olhos. São dois lagos crispados
onde refulge a luz forte da manhã; diáfanos,
bebem as canções solares dos pássaros.
Que dizer de uma mulher pobre,
lavando o cansaço dos outros num tanque de cimento?
Sempre a viste ali, mesmo agora,
trinta e tal anos depois.
Pensas nas suas mãos com espuma do sabão,
o suor de vidro a cair-lhe do rosto,
o quintal afogado na crispação das árvores,
(algumas figueiras e dois mamoeiros solitários),
e no tanque, onde ela curvava a sua vida exasperada,
dia após dia, enrugando a água suja entre os dedos
numa quietação de rio adormecido
no seu próprio silêncio.
Eduardo Bettencourt Pinto



Fotografía: Tina Modotti