NADA


Nada ansío de nada,
mientras dura el instante de eternidad que es todo,
cuando no quiero nada.

Oliverio Girondo




Fotografía: Brassai.
LLUVIA




Las calles de esta ciudad geométrica,
me han despertado hoy con preludios
de sabor a água.
La luz deambula sonámbula
en brillos opacos
y los árboles maduros de las avenidas
piden
caricias esféricas,
vapores oblicuos,
murmullos acuáticos.
Para abrir a dentelladas
la tierra fértil
que se esconde
y espera
el llanto cálido
de una nueva
Primavera.
Fotografía: Brassai.
OJOS DE LLUVIA





Llorar a lágrima viva.
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas, las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma, la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando.
Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...
si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien.

Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría.
Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!

Oliverio Girondo



Fotografía: Man Ray.
AHORA ESCRIBO PÁJAROS



Ahora escribo pájaros.
No los veo venir,
no los elijo,
de golpe están ahí, son esto,
una bandada de palabras
posándose
una
a
una
en los alambres de la página,
chirriando, picoteando, lluvia de alas
y yo sin pan que darles, solamente
dejándolos venir.
Tal vez sea eso
un árbol
o tal vez
el amor.
Júlio Cortázar
Ilustración: Piet Grobler.







“… No he conocido a ninguna otra persona que fuera capaz de responder así, de una manera tan plena, a todo lo que el mundo y la vida le daban: a la música, a un paseo matutino por el bosque, al color y al perfume de una flor, a la palabra justa y sabia de otra persona. Nadie sabía tocar como ella una tela exquisita o un animal, de esa manera suya que lo abarcaba todo. No he conocido a nadie que fuera capaz de alegrarse como ella de las cosas sencillas de la vida: personas y animales, estrellas y libros, todo le interesaba, y su interés no se basaba en la altivez, en la pretensión de convertirse en una experta, sino que se aproximaba a todo lo que la vida con la alegría incondicional de una criatura que ha nacido al mundo para disfrutarlo todo. Como si estuviera en conexión íntima com cada criatura, con cada fenómeno del universo, comprendes lo que quiero decir?…”

Sándor Márai

El último encuentro.


Fotografía: Inge Morath.
EL VIAJERO INTERIOR




Camino en tránsito hacia un nuevo mundo.
Ciclo de Nacimiento y Muerte.
Peregrina del alma.
Sendero silencioso lleno de canto.
Vislumbres de un vuelo mágico.
Esencia
Energia
Ser.