AMOR EN TIEMPOS DE GUERRA



Nha cretcheu, meu amor
O nosso encontro torna a nossa vida mais bonita,
pelo menos há mais de trinta anos.
Pela minha parte, torno-me mais novo e volto cheio de força.
Eu gostava de te oferecer cem mil cigarros,
uma dúzia de vestidos daqueles mais modernos, um automóvel,
uma casinha de lava que tu tanto querias,
um ramilhete de flores de quatro tostões.
Mas antes de todas as coisas
bebe uma garrafa de vinho do bom,
pensa em mim.
Aqui o trabalho nunca pára.
Agora somos mais de cem.
No outro ontem, no meu aniversário
foi altura de um longo pensamento para ti.
A carta que te levaram chegou bem.
Não tive resposta tua.
Fico à espera.
Todos os dias, todos os minutos,
todos os dias aprendo umas palavras novas e bonitas,
só para nós dois.
Mesmo assim à nossa medida,
como um pijama de seda fina que tu não queres.
Só posso te chegar uma carta por mês.
Ainda sempre nada da tua mão.
Fica para a próxima.
Às vezes tenho medo de construir esta parede
eu, com picareta e cimento
e tu, com o teu silêncio.
Uma vala tão funda que te empurra
para um longo esquecimento.
Até dói cá dentro ver estas coisas más
que não queria ver
o teu cabelo tão lindo
cai-me das mãos como as ervas secas.
Às vezes perco a força e juro que vou esquecer de mim.




Última carta que el escritor Robert Desnos
escrivió en Auschwitz, reescrita para portugués.
Fotografía: Robert Doisneau
AMOR EN EL ANDÉN

que este tren lleno de caricias
no pase de largo
en el andén despierto
espero a viajar por tí
próxima estación
en sueños




Fotografía: Jan Saudek
DIÁLOGOS CON EL CUERPO


mi cuerpo se desconstruye en respiracion dolorosa
y una sangre caliente recorre mis huesos
la siento llegar abriendo camino entre
mis dedos enraizados a la tierra
un deseo de fósil lentamente susurrado
un deseo de hundirme entre la húmedad tibia de tus manos
un deseo de pertenecer a la piel cruda
al barro enrojecido
a otro cuerpo entrelazado
enre la lluvia de un cuarto en el invierno
escamas brillando en la oscuridad
repetida en el encuentro
del cuerpo
desnudo
Fotografía: Kuscyn
EN LA PLAZA DE LAS FLORES




En una plaza donde los vendedores de flores
vendían el recuerdo de una incierta primavera
te encontré cuando la ciudad
se envolvía en la dulce luz del invierno,
sentados sobre el brillo dejado por la lluvia
tus ojos entreabiertos con pureza de agua
palabras recitadas a la tierra
y un resto de polen
en las manos.


Fotografía: Jan Saudek

HERIDAS DEL TIEMPO



A veces recuerdo la tibieza de aquellos días,
la gracia de aquel cuerpo dormido,
la blancura del lecho en un rincón del cuarto,
el libro abandonado, entreabierto,
la lámpara sumisa, la ventana,
el sonido lejano de la lluvia,
los lentos rumores de la noche.
Y pienso entonces que fue hermosa la vida,
y acaricio en mi pecho las heridas del tiempo.
Eloy Sánchez Rosillo
Fotografía: Jan Saudek