CRONOS



Todo tiene un tiempo, una hora, un minuto, un segundo.
Un instante definitivo para ser.
Cuánto tiempo es necesario para que el brote salga definido de la tierra
y recorra su camino hacia el sol
y se convierta en flor y después en fruto.
Cuánto tiempo para aprender a tocar un instrumento.
Cuánto para calentar una habitación en el inverno.
Cuánto para cocer una olla de garbanzos
y después comérselos a la hora del telediario.
Cuánto hay que esperar en la parada al último tranvía de la noche.
Cuántos años necesita reposar el vino en la barrica de roble.
Cuánto para que un cuerpo envejezca
y las primeras arrugas se definan en las esquinas de la piel.
Cuánto tiempo para construir un puente entre dos orillas
que se miran distanciadas y se aman sin saberlo.
Cuánto para aprender un nuevo idioma.
Cuánto para cocer un pan en el horno con la leña del olivo caído.
Cuantos siglos necesita una ola para esculpir la piedra.
Y dime tú, que cronometras el viento y sus latidos,
que mides el ritmo y cuentas los pulsos invisibles dónde se respira.
Cuánto tiempo es necesario para abrir un corazón.

1 comentario:

Anónimo dijo...

pues sí, en eso estaba yo pensando estos días, en el tiempo que se requiere para abrir determinadas cerraduras. Y en las herramientas a utilizar.